jueves, 10 de diciembre de 2009




A LA CAZA DE LIMA

Este año Elizabeth Carbajal, tras haber consolidado seis pequeños centros comerciales en el centro histórico de Arequipa —desde hace 24 años bajo la marca Estilos—decidió lanzarse a la caza de la capital con un local de más de 6.000 m2, con casi todos los productos que se ofrecen en las ligas mayores del “retail”. Carbajal invirtió US$2,5 millones en este Megaestilos de Lima que será la tienda por departamentos del centro comercial Plaza Norte de Corporación EW, de la familia Wong.
Del mismo modo, los propietarios de Tiendas Efe, Ricardo del Castillo y Manuel Tudela, herederos del Señor de Sipán, en Lambayeque, acaban de poner un pie en la capital con la misma agresividad del legendario señor de la guerra, tras haber robustecido su operación en todo el país, con la apertura de más de 35 tiendas de artefactos en los 24 departamentos del Perú.

¿En qué se diferencian estos últimos casos de éxito a los del resto de miles de migrantes que llegaron a la capital sin un sol en los bolsillos, pero quizá con mucho ímpetu por construir un destino diferente en la capital?

En que los primeros, como otros empresarios del interior, llegaron a Lima con una operación consolidada, con una visión moderna, casi como un escalón natural en su evolución a su afirmación como agentes económicos de carácter nacional.
Un caso paradigmático son los Añaños, que empezaron embotellando la bebida carbonatada Kola Real en la sala de su casa, en Ayacucho, porque los distribuidores de Coca-Cola no se atrevían a cruzar la carretera Central por temor a que los terroristas de Sendero Luminoso colocaran dinamita en sus camiones. “Una de las ventajas de estas empresas que se hacen desde abajo es que desarrollan una habilidad para medir la temperatura, la calle, las oportunidades. Ahora, dirigen una transnacional con la misma minuciosidad que usaron con la embotelladora que empezaron”, señala Alberto Goachet, publicista que diseñó la estrategia de comunicación del grupo AJE.
ESTRATEGIAS Y ÉXITO
Según Chiappe, empresas como Kola Real ingresaron a Lima con una mezcla exitosa de calidad y precio, en distritos ubicados en los extramuros de la capital, como los que componen Lima norte o Lima sur, en los que a pesar de estar dentro de la capital no representaban un mercado atractivo para las marcas, que a principios de los noventa solo se enfocaban en los segmentos A y B, como apuntó Arellano en su libro “La Ciudad de los Reyes , de los Chávez , de los Quispe”.
El grupo Inca, liderado por Francois Patthey, que posee empresas en diversos sectores, es otro caso de éxito. El grupo empezó en Arequipa (1957) en textiles y farmacia. Ahora exporta la marca Kuna (ropa en alpaca) al mundo, con cinco tiendas entre Buenos Aires y Santiago de Chile, y franquicias en Australia, China y Dubái. Su próxima apertura será la Caja Incasur que espera consolidarse en el sur del país antes de arribar a la capital.

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